2019

Serie Mujer Migrante

Yarima

Mujer migrante venezolana, llegó hace dos años a Quito. Vende caramelos en una de las principales avenidas de la ciudad, así como decenas de  mujeres.  Sus tres hijos viven en Venezuela con su abuela, Yarima, envía dinero cada mes para que ellos puedan ir a la escuela y comer.

La venta de caramelos es una constante en la migración venezolana, es uno de los productos más accesibles para poder invertir, la mayoría de personas que todavía vemos en cada semáforo viven en una residencia, un «hostal» que hacina a personas en dormitorios, aquí se forman nuevas familias, viven en comunidad. Pagan entre $3 a $6 por persona cada día, sobrevivir y no vivir, una familia puede pagar entre $10 a $20 diarios.

Ella no pierde la esperanza de volver a Venezuela.

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